PSI 2023 (Primeur)

El PSI es la última joya de Peter Siseck que se aleja algo de la rotunda extracción de los otros vinos de Dominio de Pingus, Flor de Pingus y Pingus para ofrecer un carácter más fresco y afrutado, con viñas más jóvenes y envejeciendo en grandes cubas de roble. PSI está elaborado con cepas de Tinto Fino y Garnacha cultivadas en microparcelas de más de 30 años.

PSI es el último proyecto personal de Peter Sisseck desde los días de la primera cosecha de su famoso Pingus en 1995. Además de los estelares antecedentes de Sisseck en la Hacienda Monasterio, su currículum incluye la gestión técnica de la Quinta Sardonia y el Clos D'Agon.

En una línea diferente a la de Dominio de Pingus, la nueva bodega PSI nació en 2007. Buscaba una nueva visión de la Ribera del Duero, elaborando vinos que tienen más que ver con la fruta, la frescura y la finura que con la extracción y la potencia. Vinos que proceden de uvas 100% orgánicas, persiguiendo el respeto por el medio ambiente.

Las uvas de cada vendimia proceden de los mismos viticultores con los que Sisseck ha estado colaborando desde el inicio del proyecto. Este originario conjunto de viticultores tiene un viñedo compacto, con material vegetal nativo y equilibrado, en vaso y en tierras variadas. El viñedo se concentra en extensas "lenguas" de laderas con suelos variables que conectan el valle de Vega, a 820 m de altura, con las altas graveras, antiguas terrazas del Duero (900 m).

En el centro se encuentran las antiguas viñas de ladera plantadas en forma de vaso. Las vides tienen una edad media de más de 30 años y proceden de la selección masiva de la zona. La diversidad de los suelos cambia según la altura de cada parcela, como resultado de la sedimentación geológica de la zona. Las laderas tienen suelos directamente de la roca madre (gres calcáreo con una matriz silícea en la primera mitad del ascenso y gres con un conglomerado en el ascenso final) mientras que en la parte inferior los suelos son generalmente más ricos en partículas finas (limo y arcilla). En las terrazas superiores del Duero - a una altitud de casi 900 metros - los suelos son planos con mucha grava silícea con arcilla lixiviada en profundidad.

Las uvas son despalilladas manualmente, desgranando las uvas más maduras de cada racimo. Posteriormente se maceran y fermentan durante 20 días, y se alojan en barricas para su fermentación maloláctica, tras lo que se benefician de una crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés.